viernes, 16 de septiembre de 2011

EL RAPTO DE LA IGLESIA






El término "rapto" (significa arrebato, desaparición). Cristo retornará en el aire y se llevará con él a todas las personas - vivas y muertas - que hayan confiado en Cristo como su Salvador. Estos serán los creyentes, a los cuales el Apóstol Pablo se refiere en su 1ra carta a los Corintios, cuando les dice: "Los muertos en Cristo resucitarán primero, luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos (los muertos en Cristo), en las nubes para recibir al Señor en el aire"(1 Tesal. 4:17). El Rapto sucederá en "un abrir y cerrar de ojos" (1 de Corintios 15:52). En este evento, los muertos que hayan creído resucitarán primero, seguidos en un instante de tiempo por los cristianos que aun estemos vivos (1 Tesal. 4:16, 17).
el Rapto sucederá antes de la Tribulación.  Los cristianos de Tesalónica (una de las primeras iglesias) estaban enojados y confundidos porque de entre ellos ya muchos habían comenzado a morir y aún no habían visto a Cristo aparecer en las nubes por ellos. Así que Pablo les recuerda que ciertas cosas tendrían que suceder primero, antes de que su redención comenzara. Pablo, en un intento por consolar a los creyentes de Tesalónica, llega hasta el punto de confesarles o compartir con ellos un "secreto" o un "misterio" que quizás no estaba supuesto a revelar. Es por esta razón que el Apóstol, como el que comparte contigo una información la cual se supone que sea mantenida en secreto, pero que ante las circunstancias del momento, él se siente compelido a compartir con ellos, les dice:
"Pero quiero que sepan (ustedes los de Tesalónica) un secreto, no todos dormiremos (moriremos), pero todos seremos transformados. En un momento, en un abrir y cerrar de ojos…" (1 Corintios 15:51y 52). Fíjese en la moderación mostrada por Pablo en este versículo.
En el momento en que ocurra el rapto, habrá grandes catástrofes en todo el mundo. Imagínense, que usted esté en el aeropuerto, recogiendo a su hijo que llega de viaje. Mientras usted espera sentado en la sala de espera, quizás comiéndose un sándwich, cuando de repente, la chica que le estaba sirviendo desaparece delante de sus propios ojos. Dejando atrás, solamente su vestido, zapatos y un anillo. El vaso de jugo que se disponía a servirle cae derramado en el piso. Al mismo tiempo, usted mira hacia los ventanales del aeropuerto, y el avión en que su hijo se suponía llegara, se desploma en medio de la pista de aterrizaje, porque el piloto, que era cristiano, desapareció justo en el momento en que las ruedas del avión hacían contacto con el pavimento de la pista de aterrizaje. El copiloto no tuvo tiempo de sustituirlo, y quedó estupefacto al ver a su compañero desvanecerse ante sus propios ojos. Los bomberos corren con sus sirenas a socorrer al avión que se encuentra en llamas, pero en vez de 250 pasajeros que venían, sólo los cuerpos de 185 son recuperados, y por supuesto los niños menores de 8 años, hijos de los creyentes que venían a bordo desaparecieron si excepción. ¿Sabe qué sucedió con los 66 pasajeros? "Al igual que el piloto y la chica del restaurante, ACABAN DE SER "RAPTADOS". ¡Uno de los cuerpos que faltó por recuperar es el de su hijo! Se escuchan los gritos de desesperación de algunas madres, padres, hijos y otros familiares, que con tanta ansiedad vinieron a recoger a sus familiares, y sucede que ahora: ¡YA NO ESTÁN!

Se escuchan las sirenas de las patrullas por doquier. Usted nota como gente tropieza con las paredes y con otras personas que también se encuentran totalmente confundidas por el suceso. TODOS BUSCAN UNA EXPLICACIÓN, PERO NADIE SABE LO QUE SUCEDIÓ. El Rapto es el levantamiento de la iglesia, previo al período de tribulación que vendrá sobre aquellos que no aceptaron al Señor como su salvador, mientras que la Segunda Venida, es cuando el Señor mismo venga en las nubes, con todos sus ángeles, y cristianos que hayan sido levantados en el Rapto, a luchar contra los ejércitos del mundo, liderados por el Anticristo, en su intento final por hacer desaparecer a Israel, y con ello a los Judíos, de la faz de la tierra.

domingo, 4 de septiembre de 2011

¿POR QUÉ MURIÓ EL BURRO?

Una vez mientras que yo estaba viajando en carro a través del campo, vi un burro cerca de la carretera. Este burro era tan flaco que parecía solamente cuero y huesos. "Pobre burro!" Me dije. "Seguramente está enfermo!" Al acercarme vi que alguien le había amarrado la boca. No la podía abrir. La cuerda le cortaba como un cuchillo y la sangre salía de la nariz. Frene el carro y me bajé. Me acerqué al burro con deseos de ayudarle. Quise liberarlo de la cuerda. Sentía satisfacción de poder tratarle con misericordia. Pero de repente el animal comenzó a correr dejando una nube de polvo detrás de sí. Ni siquiera pude tocarle, mucho menos quitarle la cuerda. Con tristeza, regresé a mi carro y me fui. Una semana después pasé por el mismo sitio, ahí encontré el cadáver del pobre burro. El mecate teñido de sangre todavía le ataba la boca. Me pregunté: ¿por qué murió el burro? Pues, porque alguien le amarró la boca! Era cierta la respuesta, pero no me dejaba satisfecho. A pesar de esta respuesta, el burro tuvo una oportunidad de escaparse de la muerte. Yo hubiera podido librarle. También me vino una segunda respuesta. El burro murió por interpretar mal mis intenciones. Temía que yo le iba a hacer algún daño. Desgraciadamente, esa equivocación le costó la vida. Si el burro hubiera comprendido mi deseo, hubiera aceptado mi oferta. Realmente, reflexionando un poco más, entendí el comportamiento del animal: ¡era un burro! ¿Cómo podía entenderme? Hay que perdonarle su equivocación y su incredulidad. Muchas veces los seres humanos cometer la misma equivocación, especialmente en lo espiritual. La palabra de Dios nos enseña que Dios nos quiere "... que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento" (2ª Pedro 3:9); y que Él "... quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad" (1ª Timoteo 2:4). Casi no hay persona que no sepa que Cristo murió por nosotros. Saben que "... Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las escrituras" ( 1ª Corintios 15:3); que en Él "... tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia" (Efesios 1:7); que Cristo invita: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar" (Mateo 11:28); y que Él afirma: "... al que a mí viene, no lo hecho fuera" (Juan 6:36). Miles de personas han aceptado estas promesas de Dios y han sido libradas del pecado. Han encontrado la vida abundante y eterna. Sin embargo, cuando Cristo vino, hubo los que interpretaron mal sus intenciones. A ellos, Él les dijo: "... no queréis venir a mí para qué tengáis vida" (Juan 5:40). No eran burros, pero se portaron como el animalito del relato. Hoy día hay muchos que comete una equivocación semejante. El burro murió por interpretar mal mis intenciones. No sea usted así; confía absolutamente en Dios. Dígale Ahora Mismo A Dios: "Dios, sé que quiere salvarme, pues tu hijo murió por mis pecados. Aprovecho la oportunidad; me entrego a ti. Perdóname mis pecados, acepto a tu hijo Jesucristo como mi salvador personal. ¡Gracias, y Dios, gracias!"



"AUNQUE A VECES NO LO ENTENDAMOS...PERO TODO NOS AYUDA A BIEN"


Romanos 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

¿No te pasa qué muchas veces no entendés para qué te toca vivir determinada situación, o enfermedad, o dificultad, etc.?
¿No reflexionastes muchas veces, qué si vos le amás a Dios, para qué estás padeciendo cierto momento?
En lo personal soy de reflexionar, de colocar mi vida dentro de la Palabra de Dios y así entender lo qué Dios me quiere enseñar a través de su Santo Espíritu.
Quiero alentarte a creer, a que sepas que todo te ayuda a bien, porque Dios está trabajando en tu vida, porque tiene un propósito en vos y porque te está llevando a un nivel superior en Cristo Jesús.
Pero no nos olvidemos que nos enseña de que a los que aman a Dios y en este amar a Dios entra la obediencia, el cumplir su palabra, el pasar tiempo con Él, en tener un corazón humilde ante su presencia.


Romanos 8:31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?

Si le obedecemos a Dios, si nuestras vidas están escondidas debajo de sus alas, si hemos dado nuestro corazón a Jesús y dejamos que su Sto. Espíritu nos llene...entonces me pregunto: ¿Quién podrá menospreciar, atacar y destruir a sus hijas? 


Romanos 8:35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?

A pesar de tu enfermedad, a pesar de tus dificultades, a pesar de todo lo que te pasa, nada ni nadie te va a separar jamás del amor de Dios, porque tu vida está comprada con la sangre derramada de Jesucristo de Nazareth.


Romanos 8:37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
8:38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
8:39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. 


Sos más que vencedores en Cristo Jesús, no en vos misma, sino que tus fuerzas para vencer viene de Jesús, Él dio su vida por amor a vos.
No hay pasado, no hay presente y no hay futuro que pueda venir en contra de tu vida, Jesús pagó un alto precio por amor a vos.


!Qué Dios te bendiga!